Había una vez en un oscuro y olvidado rincón del norte de México un tlacuache llamado Gregorio, pero en el bajo mundo de la música electrónica, era conocido como «DJ Ache». Gregorio era un tlacuache de aspecto corriente, pero tenía un talento innato para mezclar ritmos y hacer bailar hasta a las serpientes más venenosas del desierto. Su música era famosa en toda la región, y sus fiestas se volvían legendarias.

Una noche, DJ Ache decidió celebrar su éxito con una fiesta épica. Invitó a todos sus amigos, desde culebras hasta zopilotes, y la música retumbó en el desierto como nunca antes. La fiesta continuó hasta el amanecer, y Gregorio estaba exhausto. Sabía que tenía que ir a trabajar al día siguiente, pero las ganas de seguir festejando eran irresistibles.

Cuando sonó el despertador, Gregorio decidió hacer algo inusual. Se «hizo el muerto» en su camita, fingiendo que no podía moverse. Su jefe, un tejón gruñón llamado Don Teodoro, lo llamó una y otra vez, pero Gregorio no se movió ni un milímetro. Finalmente, Don Teodoro lo dio por perdido y lo corrió de su trabajo.

Desempleado y con resaca, Gregorio se encontró en una situación difícil. Pero, como si el destino quisiera hacer una broma cósmica, una serie de eventos inverosímiles comenzaron a desarrollarse en su vida. Un día, mientras deambulaba por el mercado en busca de comida, un misterioso mapache llamado Roco se le acercó.

«Escuché que te despidieron por ‘hacerte el muerto'», dijo Roco con una risa conspiradora. «¿Cómo te gustaría ganar mucho dinero de una manera muy… peculiar?»

Gregorio, intrigado, aceptó la oferta. Resulta que Roco trabajaba para el mafioso más peligroso del norte de México, Don Chupacabras, y necesitaban un tesorero de confianza. Gregorio no sabía mucho sobre finanzas, pero Roco le prometió que aprendería sobre la marcha.

La vida de Gregorio se convirtió en un torbellino de reuniones clandestinas, contabilidad dudosa y situaciones peligrosas. Sin embargo, su astucia natural y su habilidad para adaptarse lo llevaron a ganarse el respeto de la mafia, y pronto se convirtió en el tesorero oficial de Don Chupacabras.

Pero un día, mientras contaba montones de dinero en efectivo, Gregorio se dio cuenta de que necesitaba un plan para escapar de esta vida peligrosa. Decidió que la única persona que podría ayudarlo era la enigmática cantante islandesa Björk. Según los rumores, Björk tenía el poder de convencer a cualquiera de hacer cualquier cosa.

Gregorio, o DJ Ache como lo conocían en los bajos fondos, tomó un avión a Islandia y se lanzó en busca de Björk. Después de muchas peripecias y situaciones cómicas, finalmente la encontró. Con su tono de voz peculiar y su aura mística, Björk aceptó colaborar con él en una canción que mostraría al mundo entero que DJ Ache era el mejor tlacuache DJ de todos los tiempos.

La canción «Hyper Tlacuache» fue un éxito instantáneo y se convirtió en un himno de la fauna del mundo entero. DJ Ache finalmente encontró su lugar en la historia de la música, gracias a su valentía y su capacidad para sobrevivir en situaciones extremas. Y así, el tlacuache que un día fingió estar muerto se convirtió en una leyenda musical, todo gracias a su improbable encuentro con una cantante islandesa y su increíble habilidad para adaptarse a cualquier desafío que la vida le arrojara.

Hyper-Tlacuache

DJ Ache feat BjörkHyper-Tlacuache